El doctorado ya no garantiza un puesto en una universidad

Dibujo20120713 new faculty positions versus new phds - nature nbtEsta figura muestra que en 1981, en EEUU, el número de doctores era muy similar al número de plazas académicas ofertadas en las universidades. Casi todos los doctores podían obtener una plaza en una universidad. Pero en 2011 el número de doctores es siete veces más grande que el número de plazas ofertadas. Hoy en día ya no es verdad que quien defiende su tesis doctoral puede obtener un puesto académico. Menos de 1 de cada 7 lo lograrán (pues muchas plazas serán cubiertas por doctores formados fuera de EEUU). ¿Hay que reformar los cursos de doctorado y el propio doctorado para tener en cuenta este hecho? Recomiendo leer a Maximiliaan Schillebeeckx, Brett Maricque & Cory Lewis, «The missing piece to changing the university culture,» Nature Biotechnology 31: 938–941, 08 Oct 2013.

Schillebeeckx et al. proponen incorporar cursos de innovación y emprendimiento en el doctorado para fomentar la cultura empresarial de los futuros doctores, cuyo papel será liderar grupos de I+D en la industria, un rol muy diferente al de investigador principal en un grupo de investigación universitario. Un enfoque mucho más pragmático del doctorado que hace hincapié en la transferencia de tecnología, en la comercialización, en la gestión y en el liderazgo. Su propuesta es cambiar la cultura de la universidad respecto al postgrado, el doctorado e, incluso, el postdoctorado. 

En EEUU parece que ya hay mucha gente que lo tiene muy claro. En España les seguimos los pasos de lejos. ¿Crees que hay reformar la formación de tercer ciclo teniendo en mente las futuras salidas profesionales de los doctores? ¿Debe incorporarse la cultura del emprendimiento y la innovación en el doctorado? ¿Qué opinas? Usa los comentarios, si te apetece, claro.

Atención, pregunta: Qué opinas de los doctorados industriales europeos

La Comisión Europea creó este año, como proyecto piloto, los programas de doctorado industriales que pretenden unir el mundo académico y el industrial. El programa European Industrial Doctorates, financiado con 20 millones de euros, concederá becas de doctorado a unos 100 investigadores. Los estudiantes interesados realizarán el doctorado compaginando universidad (dos años) e industria (otros dos años). Como es habitual en los programas científicos de la Comisión Europea, la industria y la universidad tienen que pertenecer a países diferentes. Vanessa Debiais-Sainton, coordinadora de la política científica de la Comunidad Europea, cree que el programa será un éxito y se mantendrá en el futuro (en el siguiente programa marco).

¿Qué opinas al respecto? ¿Qué te parece la idea? Ya que los doctores no pueden ser contratados por las universidades y tendrán que acabar trabajando para la industria, lo mejor es que cuanto antes entren en contacto con la industria. Otra cuestión obvia es, ¿se exigirán las mismas publicaciones antes de la defensa de la tesis doctoral que con una tesis doctoral «convencional»? ¿Qué pasará con los datos y otros asuntos confidenciales propios de la empresea? ¿Podrá una patente avalar una tesis doctoral en pie de igualdad a un artículo científico?

Para qué sirve un doctorado cuando no hay puestos de trabajo para los doctores

Hace años obtener un doctorado era una garantía para iniciar una prometedora carrera investigadora; a medio plazo todo doctor obtenía un buen puesto de trabajo académico en una universidad o en un instituto de investigación o el departamento de I+D de una gran empresa. Ahora las tornas han cambiado. Hay demasiados programas de doctorado produciendo demasiados doctores para un mercado laboral limitado. Como resultado muchos doctores no pueden desarrollar una carrera académica o investigadora. En plena crisis económica, una crisis que muchos creen que durará muchos años, es el momento de replantearse para qué sirve un doctorado. Nos lo cuentan el editorial «Fix the PhD,» Nature 472: 259–260, 21 April 2011; Mark Taylor, «Reform the PhD system or close it down,» Nature 472: 261, 21 April 2011; David Cyranoski, Natasha Gilbert, Heidi Ledford, Anjali Nayar, Mohammed Yahia, «Education: The PhD factory. The world is producing more PhDs than ever before. Is it time to stop?,» News Feature, Nature 472: 276-279, 21 April 2011; Alison McCook, «Education: Rethinking PhDs. Fix it, overhaul it or skip it completely,» News Feature, Nature 472: 280-282, 21 April 2011; Peter Fiske, «What is a PhD really worth?,» Nature 472: 381, 21 April 2011; y Raymond Gosling, Cheryll Tickle, Steve W. Running, Yao Tandong, Andras Dinnyes, A. A. Osowole, Erika Cule, «Seven ages of the PhD,» Nature 472: 283–286, 21 April 2011.

El mundo tiene muchos problemas y tiene un montón de gente con una formación académica excelente para resolverlos. La mayoría de los países, convencidos de que la educación superior y la investigación científica son claves para el crecimiento económico y la prosperidad, están ampliando la educación doctoral. Parece una buena noticia que cada vez haya más doctores en ciencia, tecnología e ingeniería. Pero según nos recuerdan en Nature, hay razones para la cautela. Un crecimiento ilimitado podría diluir la calidad de los doctorados. Además, los doctores más brillantes ya no son la élite de las instituciones académicas y deben ocupar puestos de posdoctorado mal pagados entre cinco y diez años antes de encontrar un puesto académico permanente, si lo encuentran. Esta carrera de obstáculos desilusiona a muchas mentes brillantes que acaban en puestos laborales para los que están sobrepreparados.

El problema no es sólo un problema de España, también lo es de Estados Unidos y del resto de Europa. El sistema de educación doctoral «medieval» no es sostenible y debe ser reformado. Hay muy pocos puestos de trabajo para personas que han consumido más de diez años de su vida en su formación predoctoral y posdoctoral. Muchos de estos investigadores son «clones» de sus «jefes» (directores o supervisores): hacen bien lo que sus mentores hacen bien. El problema es que cuando los estudiantes terminan su formación no encuentran un puesto de trabajo académico similar al de sus mentores porque no hay una oferta suficiente de puestos vacantes. Las universidades se enfrentan a dificultades financieras crecientes que les impide crecer al ritmo al que han estado creciendo durante décadas.

Los programas de doctorado no están diseñados para formar a doctores que abandonen la investigación una vez hayan defendido su tesis. Son programas de doctorado demasiado especializados e irrelevantes para el mundo laboral más allá del académico. Muchas tesis doctorales son tan especializadas que sus resultados son de interés sólo para un reducido grupo de expertos que trabajan en el mismo campo, subcampo y subsubcampo de la tesis. Muchos doctores lo saben todo de nada. Muchos doctorandos son incapaces de hablar con fluidez sobre los detalles de su tesis con otros doctorandos del mismo departamento. Según Mark Taylor los doctorados tienen que ser más multidisciplinares y muchos programas de doctorado deben ser eliminados si no son adecuados o son redundantes. Son decisiones difíciles que deben tomar los administradores de las universidades. Para facilitar el cambio, las universidades deben desarrollar estructuras y procedimientos que fomenten la cooperación. Ello les permitiría compartir los profesores, estudiantes y recursos, y aumentar de manera eficiente las oportunidades educativas.

Cyranoski et al. nos recuerdan que el número de doctores en ciencia se incrementado casi un 40% cada año entre 1998 y 2008 en los países miembros de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). En algunos países, incluyendo Estados Unidos y Japón, la oferta de doctores ha sobrepasado la demanda y, aunque pocos doctores terminan desempleados, no está del todo claro si merece la pena pasar tantos años para conseguir un alto nivel de calificación para luego ocupar un puesto de profesor de enseñanza secundaria, por ejemplo. En otros países, como China e India, la economía se desarrolla tan rápido que pueden colocar a todos sus doctores e incluso incorporar otros allende sus fronteras. Sólo en unos pocos países, entre ellos Alemania, se ha resuelto con éxito el problema redefiniendo la tesis doctoral como requisito para la formación de altos cargos en las empresas y adaptando los programas de doctorado de forma adecuada. El artículo de Cyranoski et al. discute la situación en países como Japón, China, México, Alemania, Polonia, Egipto y Estados Unidos.

McCook nos relata varios casos concretos del programa de la Fundación Nacional de Ciencia (NSF) llamado IGERT (Integrative Graduate Education and Research Traineeship) para la educación integral de estudiantes graduados y su formación en investigación. Este programa, dotó de 3 millones de dólares a cinco instituciones de los EE.UU. para desarrollar programas que ayuden a los estudiantes adquirir habilidades profesionales y hacer frente a problemas del mundo real. Por lo que cuenta McCook parece que está teniendo cierto éxito.

Becas FPU y becas FPI, ¿debería haber alguna diferencia?

El gobierno de «Josemari» (Aznar) separó las becas de investigación, hace años llamadas becas de formación de profesorado y personal investigador, en dos tipos «bien» diferenciados: becas de formación de profesorado universitario (FPU) y becas de formación de personal investigador (FPI). El gobierno de Rodríguez sigue mantenido dicha distinción. ¿Por qué dos tipos de becas predoctorales?

Las FPU son becas que solicita el estudiante, con un proyecto de tesis consensuado con un grupo de investigación que, además de su historial, aporta el C.V. del futuro director. La competencia es a nivel nacional y lo que más pesa es el expediente del alumno, aunque el gobierno de Rodríguez decidió normalizar dicha nota con la media de la carrera para evitar agravios comparativos entre universidades/facultades diferentes.

Las FPI son becas que se conceden a un grupo de investigación para cumplir con los objetivos de un proyecto concreto. El propio equipo investigador selecciona al candidato que considera más adecuado (que debe cumplir unos requisitos mínimos). En la práctica, becas a dedo.

Desde el punto de vista del estudiante de doctorado, ambas becas son del todo similares. Sin embargo, el contribuyente podría sentirse engañado por el «nombre» de las becas. ¿No deberían formar las becas FPU en docencia universitaria? ¿No deberían formar las becas FPI más en investigación que en docencia? De hecho, la mayoría de los doctores acaban impartiendo clases en la Universidad o se insertan profesionalmenteen en el Sistema de Ciencia y Tecnología Español, básicamente el CSIC e institutos de investigación universitarios.

¿Debemos preparar a los estudiantes de grado (durante la carrera) para que aprendan a investigar? Quizás de esta forma podrían incluir en sus C.V. ciertas publicaciones que les den más puntos a la hora de obtener una beca FPU, FPI o equivalente.

¿Debemos preparar a los estudiantes de doctorado (durante su beca FPU o FPI) para que aprendan a enseñar? El C.A.P. y cursos similares se consideran imprescindibles para la docencia en educación secundaria, por qué no también en la universitaria. ¡Tánto se diferencian ambos tipos de docencia!

dibujo20081206classperiodtypical50minuteEn la Universidad de Wisconsin-Madison llevan unos años desarrollando el Programa de Docencia para Becarios (Teaching Fellows Program) que pretende desarrollar las capacidades docentes de los becarios de investigación. El foco está en las técnicas de enseñanza basadas en el alumno (os suena «bolonios») y en las técnicas de enseñanza activas, con énfasis en que los estudiantes de grado aprendan a «investigar» de mano de los jóvenes doctores, en sus primeros años como docentes, cuya prioridad es la investigación y no la docencia.

Dicen que la experiencia está siendo un éxito. Así nos lo contaban en Science la semana pasada, Sarah Miller, Christine Pfund, Christine Maidl Pribbenow, Jo Handelsman, «Scientific Teaching in PracticeScience 322: 1329-1330, 28 November 2008 («Summary: A new generation of university scientists is learning to teach using a scientific teaching approach»). La verdad, el artículo no da muchos detalles. Los autores se ponen unas cuantas «flores» y se vanaglorian del gran éxito que está teniendo la experiencia. La figura de la izquierda muestra la distribución «recomendada» a los becarios de los 50 minutos típicos para la duración de una clase de 1 hora.

¿Cómo medir si el programa está funcionando correctamente? Mediante la nota obtenida por los profesores «primerizos» en las encuestas al alumnado (que en EEUU son más serias y se las toman más en serio que en España). En una escala de 1 de 3, la media de los primerizos se encontraba en 2.0 y la nueva media de los «nuevos primerizos,» tras superar el programa de formación en docencia para becarios, ha subido hasta 2.5. Además, los propios «ahora profesores» destacan que el programa les ha ayudado mucho y están muy contentos por la experiencia.

La información suplementaria online (31 páginas, el artículo «en papel» tiene sólo 2) nos detalle la implementación con la nueva metodología de un curso de biología (incluye temario, casos de estudio, encuentas pasadas a los alumnos, etc.). Para los biólogos puede ser de mucho interés. Para los demás también tiene cierto interés, al mostrar un ejemplo práctico de proyecto docente con cierto detalle. La información suplementaria también incluye información sobre los alumnos que han superado el Programa de Formación como Docentes.  

¿Para cuándo una experiencia de este tipo en la Universidad española? 

Por cierto, hoy en día fundamental para entender cualquier artículo publicado en Science, Nature y otras revistas de prestigio el leerse la información suplementaria online, ya que lo publicado en «papel» se reduce a un mero esbozo, tipo marketing, del artículo. Como nos comenta Daniel Shriner, «Putting Materials and Methods in Their Place,» Science 322: 1463, 5 December 2008 .

La ciencia es el método científico. Los tabajos publicados deben ser reproducibles, por ello es fundamental que se incluya una descripción detallada de todos los métodos utilizados. La costumbre hoy en día es que aparezcan en la información suplementaria («Supplementary Materials»). Esta información es tan importante para poder entender el artículo que debería estar en el propio artículo. La estructura tradicional de un artículo científico: Introducción, Métodos y Materiales, Resultados, y Discusión, debería preservarse. Ahora muchas revistas recomiendan que la sección de Métodos se relegue a un apéndice o la suplemento.

Las publicaciones científicas, cada día, menos científicas (en aras a ahorrar costes de publicación). Una de las grandes «lacras» de la ciencia moderna.

¿Eres doctor? ¿Has «bailado» tu tesis? Pues, ¡ tú te lo pierdes ! (o el concurso «Tú si que vales» en la ciencia)

Es curioso las cosas que se le ocurren a los frikis de la ciencia. ¿Interpretarías tu Tesis Doctoral bailando en un escenario? Piensa un poco, ¿cómo lo harías? Si se te ocurre cómo, seguramente podrás demostrarlo en el concurso de 2009 organizado por la revista Science (John Bohannon, «A Taste of the Gonzo Scientist,» Science, Vol. 319. no. 5865, p. 905, 15 February 2008), ya que el concurso este año se ha celebrado en Viena, Austria, el 18 de enero pasado. Doce participantes, 12, han llegado a la final del «Tú si que vales» científico. Durante 60 segundos tenían que resumir su tesis doctoral, bailando, ante cuatro jueces; no, Sardá no estaba entre ellos, eran un astrónomo, un antropólogo, un periodista científico y, como no, un bailarín profesional. ¿Cuál es el premio en «Dance your Ph.D.»? No, no es el dinero y la fama, ni una entrevista en T’ la hinco. Nada más y nada menos que una suscripción anual a la revista Science (que no es «moco de pavo»).
Tres premios uno por categoría según los años que hace que se defendió la tesis (o lo bien que se recuerda ésta). Brian Stewart bailó su tesis sobre arqueología prehistórica (Refitting Repasts: A Spatial Exploration of Food Processing, Cooking, Sharing and Disposal at the Dunefield Midden Campsite, South Africa, thesis, Univ. of Oxford, 2008) «imitando» la caza de un antílope (representado por una compañera). Nicole-Claudia Meisner interpretó su doctorado en la regulación del RNA mensajero (mRNA Stability Regulation as a Drug Target: mRNA Stability Cross-Screening and Molecular Mechanisms in Post-Transcriptional Regulation Resolved by Quantitative Biology, thesis, Univ. of Salzburg, 2005). Finalmente, el tercer ganador fue el Prof. Dr. Giulio Superti-Furga que desarrolló tu tesis en la genética del desarrollo humano (Transcription Factors Involved in Development and Growth Control: Regulation of Human G-Globin and Fos Gene Expression, thesis, Univ. of Zurich, 1991), quien estuvo acompañado, faltaría más para un senior, de varios de sus estudiantes de doctorado.
Los videos los podéis ver en la siguiente página web (ver Video Gallery). Seguramente, próximamente pasarán a youtube.

NOTA: si eres doctor y quieres participar ya puedes enviar tu solicitud, en inglés, claro [If you would like to take part in the 2009 Dance Your PhD contest, send an email to gonzo@aaas.org].  

NOTA: el video de arriba no tiene nada que ver con esta noticia, como ya te habrás dado cuenta si lo has visto, se trata del videoclip de la canción «Bad taste & gold on the door (i want my Kate Moss)» del grupo Hushpuppies, primer single de su álbum «Silence is golden». ¿Por qué aparece aquí? Y por qué no, me resulta «atrativo», si lo has visto, ya sabrás el porqué, si no, te atreves…