El año que viene es el año de Darwin. Se cumple el 150 aniversario de la publicación de su libro «Sobre el origen de las especies por medio de la selección natural» («On the Origin of Species by Means of natural Selection or the Preservation of Favored Races in the Struggle for Life»). También se celebra el 200 aniversario de su nacimiento.
La teoría de la evolución es un hecho científicamente probado. Ha sido demostrada tanto en laboratorio (condiciones controladas) como en la Naturaleza. Los avances en genética molecular han sido fundamentales para ello. Sin embargo, la teoría de la evolución requiere ciertas hipótesis que como tales han de ser verificadas experimentalmente. La hipótesis de Darwin de que todas las formas de vida son descendientes de un única célula ancestral ha de ser verificada experimentalmente. Shi V. Liu, en «A Fundamentally New Perspective on the Origin and Evolution of Life,» ArXiv preprint, 21 Nov 2008 , aceptado para publicación en PNAS, nos indica que existen evidencias fuertes que sugieren que esta hipótesis es incorrecta.
La evidencia experimental apunta a que toda una serie de diferentes células primitivas se originaron a partir de formas de vida no celular. Estas diferentes células evolucionaron de forma independiente, siguiendo las mismas «leyes» evolutivas darwinistas, aunque también interactuaron entre sí. Esta nueva hipótesis permite entender la ausencia de ciertos eslabones perdidos en la historia de la evolución de las primeras formas de vida puestos en evidencia gracias a los análisis genéticos. Hay varias líneas filogenéticas que no parece que convergan entre sí.
Esta idea no es nueva. Si la evolución de las primeras formas de vida está controlada por mecanismos físico-químicos, cómo podemos entender que sólo se desarrollara una única forma de vida celular ascentral. Lo razonable es que se formaran múltiples formas de vida primigenia en competición.
El artículo se lee fácil, aunque desafortunadamente adolece de pruebas feacientes y no dice mucho más de lo que aquí he resumido.
La foto es una portada de National Geographic relativa a un artículo que comparaba darwinismo y neodarwinismo. La pena que un titular de portada «¿Estaba Darwin equivocado?» puede inducir a que muchos ojeadores de quiosco, que no leen más que las portadas, se vean inducidos a pensar que es un artículo reivindicando ideas creacionistas. Craso error inducido por el editor de la revista. ¿O quizás el editor ha buscado la polémica para vender más ejemplares?