
Esto no es un artículo de divulgación, sino de opinión y no espero que nadie esté de acuerdo conmigo. El gran problema de la universidad española es la multicefalia: Todo tiene varias «cabezas» encima. Explicar al lego la estructura «burrocrática» de la universidad española no es fácil pues está repleta de sinsentidos. En mi opinión, sobran Áreas de Conocimiento, Departamentos y Centros, entre otras cosas.
El Área de Conocimiento (AC) es la primera cabeza que yo cortaría. Para quien no lo sepa, cada profesor pertenece a un AC y cada asignatura está adscrita a una sola AC, aunque puede estar vinculada a más de una. Las AC fueron creadas por el Real Decreto 1888/1984 de 26 de septiembre, para regular los concursos de provisión de plazas de los Cuerpos docentes universitarios (concretando la Ley Orgánica 11/1983, de 25 de agosto, de Reforma Universitaria, la famosa LRU). El (primer) catálogo de AC se estableció en el Anexo I de este R. D., que incluyó la primera adscripción de todas las materias y plazas preexistentes a las áreas entonces creadas. Ojear dicho anexo permite indagar cuál es el perfil originario de cada área y confirmar un gran número de arbitraridades (motivadas por intereses particulares en cada universidad). Hoy en día si buscas una asignatura, sea «Mecánica de Fluidos,» observarás que además del AC de «Mecánica de Fluidos,» hay muchas otras AC que también la imparten, desde «Ingeniería Aeroespacial» a «Máquinas y Motores Térmicos» (por mencionar solo dos). Lo mismo pasa con muchas otras materias. La decisión del AC a la que está adscrita cierta asignatura suele depender de decisiones de «jefes» y «jefecillos» relacionadas con cuestiones de poder y favores pendientes. Como un profesor de una AC no puede impartir asignaturas de otra AC, en muchas ocasiones, la asignación de profesores a asignaturas se realiza en un reunión del AC bajo el control del «responsable» de AC.
Por cierto, mi AC se llama «Ciencia de la Computación e Inteligencia Artificial» (CCIA). Las asignaturas de informática suelen estar repartidas entre mi AC y «Lenguajes y Sistemas Informáticos» (LSI). En mi Universidad LSI es mucho más grande y poderosa que CCIA, pero en otras universidades ocurre todo lo contrario, CCIA es la poderosa y LSI es la débil. Muchas asignaturas que en mi universidad son de LSI, a 100 km de distancia son de CCIA, y viceversa.
En mi opinión, habría que unificar las AC en macroáreas de conocimiento, por ejemplo, siguiendo la línea ya marcada por el sistema de acreditación del profesorado de la ANECA, que acredita a los profesores en una macroárea (la mía es «Ingeniería y Arquitectura»). En mi opinión, la asignación, planificación y coordinación docentes deberían hacerse en el marco de las macroáreas para distribuir mejor los recursos humanos (hay áreas en las que sobra más profesorado que en otras, e incluso en las que falta). Por supuesto, la asignación tiene que ser racional. Si un profesor tiene experiencia docente o investigadora en una asignatura determinada, yo no veo ningún inconveniente a que la imparta, incluso si no pertenece a su AC. En resumen, el sistema de áreas de conocimiento debería reformarse en profundidad o incluso desaparecer.
Los Departamentos (DD) pequeños son la segunda cabeza que yo cortaría.Para quien no lo sepa, cada profesor y cada asignatura pertenecen a un solo DD, que comprende una o varias AC, aunque hay AC que están repartidas entre varios DD diferentes. Un profesor de un AC repartida en dos DD solo puede impartir las asignaturas adscritas a su AC y DD, no pudiendo impartir las asignaturas de su AC en otro DD. Los DD tienen cargos oficiales unipersonales, Director y Secretario, Personal de Administración y Servicios (PAS) específico (personal administrativo y personal técnico) y hasta instalaciones propias (laboratorios docentes y de investigación, despachos, salas de reuniones y seminarios, etc.). El concepto de Departamento surgió en la Ley Orgánica 11/1983, de 25 de agosto, de Reforma Universitaria (LRU) para «destruir» el sistema de Cátedras y Facultades que existía con anterioridad, ya que los catedráticos de entonces eran muy poderosos y hacían que la universidad fuera muy rígida; la estructura departamental de las universidades españolas pretendía flexibilizar los currícula tendiendo a un sistema similar al de EE.UU., donde los títulos son impartidos por los DD. La idea que subyace a la norma era que las universidades adaptasen progresivamente la organización facultativa y la transformaran en una organización departamental (logrando, en palabras de la LRU, «una notable simplificación del actual caos de la selvática e irracional estructura jerárquica del profesorado, totalmente disfuncional»). Pero los grandes «poderes» en la universidad española, en lugar de eliminar los Centros (Facultades y Escuelas Técnicas) mantuvieron su estatus en paralelo a los departamentos. Obviamente, a más cabezas, más cargos unipersonales. Los DD nacieron para impartir asignaturas en varios centros y en varios títulos académicos. La mayoría de los primeros DD eran grandes y se fueron partiendo en trozos más pequeños (con objeto de incrementar el número de cargos y «carguillos»).
En mi opinión, habría que unificar muchos DD afines, sobre todo los más pequeños (que nacieron por favores políticos a ciertos «jefecillos»). En la universidad española hay muchos DD con menos de 10 profesores, a la par que los hay con más de 50. Muchas asignaturas idénticas según el Plan de Estudios son impartidas por diferentes AC porque están adscritas a diferentes DD. La planificación docente realizada desde un macrodepartamento que unifique DD afines permite optimizar los recursos para la asignación, planificación y coordinación de la docencia. Los macrodepartamentos además deberían hacerse en el marco de las macroáreas para distribuir mejor los recursos de personal (hay áreas en las que sobra más profesorado que en otras, e incluso en las que falta). Los grandes DD suelen tener subdirectores y unidades docentes (UD), pero estos «carguillos» suelen tener poco poder y su misión es facilitar la gestión interna del DD. Los DD son los órganos básicos encargados de organizar y desarrollar la investigación de los profesores, pero en esta función los directores de DD suelen delegar sus funciones en los investigadores principales (IP) de cada grupo, con lo que la unificación de DD pequeños no afectará de forma negativa a la investigación.
Los Centros (CC) que comparten edificios comunes son la tercera cabeza que yo cortaría. Por CC me refiero de forma colectiva a las Facultades, Escuelas Técnicas Superiores y Escuelas Universitarias, que pueden tener edificio propio o compartirlo con otros. Estos CC son responsables de los planes de estudio, la matrícula de los alumnos, la planificación de clases y de todos los servicios ofrecidos en el marco del edificio que los aloja. Los CC tienen múltiples cargos unipersonales (Director, Secretario y Subdirectores), PAS específico (personal administrativo, secretaría, conserjería, personal técnico y de mantenimiento), e instalaciones propias comunes a todos sus DD (aulas, biblioteca, salas de estudio, laboratorios docentes, despachos, salas de reuniones y seminarios, etc.). La separación formal entre los CC y los DD tiene poco sentido desde el punto de vista de la gestión racional de los recursos disponibles, por ello en países como EE.UU. dicha separación no existe (solo existen los CC, que allí se llaman DD).
En mi opinión, cuando varios CC comparten el mismo edificio la duplicidad de ciertos servicios (secretaría, despachos de dirección, salas de reuniones, laboratorios, etc.) es un gasto innecesario que podría ser optimizado de forma trivial (eso sí, a costa de cortarle la cabeza a cierto número de «jefes» y «jefecillos»). La universidad española es tan patológica que en muchas casos los CC que comparten el mismo edificio se reparten los recursos de forma excluyente, de tal forma que un laboratorio, una sala de reuniones o incluso un aula pertenece y puede ser utilizada por un CC de forma exclusiva, estando prohibido de forma explícita (u oficiosa) su uso por los demás, incluso si están vacíos. Un sinsentido, se mire por donde se mire.
Yo no entiendo cómo cosas tan básicas como qué profesor imparte cierta asignatura son decididas por el AC, o el DD, o el CC, o por una combinación de ellos en función de la Universidad que se trate. Una asignación multicefálica de los recursos es algo que ni tiene pies ni tiene cabeza. Por supuesto, hay mucho cargo y carguillo en la Universidad que «viven» del multicefalismo y que consideran que, en su caso, el AC, el DD, o el CC, son absolutamente imprescindibles; que en lugar de tres cabezas hubiera solo una sería una debacle (para ellos, claro). En mi opinión, guillotinar el multicefalismo universitario español debe estar incluido en cualquier racionalización del gasto público.
Por supuesto, más allá de las AC, DD y CC, en la universidad española también sobran Campus y universidades, pero hoy no voy a sugerir más recortes.
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